Un préstamo pignorado es la garantía (bienes) que dejas a la entidad cuando se te concede un préstamo. A la hora de solicitar un préstamo, normalmente respondes con tu garantía personal en caso de no hacer frente al pago del crédito. A veces, es el propio banco el que te solicita la pignoración del préstamo. Es decir, para poder obtener la financiación que solicitas, deberás dejar como aval algunos activos o bienes. No es necesario que sea el titular del préstamo el que pignore algún bien, puede hacerlo una tercera persona.
Diferencias entre un préstamo pignorado y un préstamo con garantía hipotecaria
Ya hemos descubierto qué es un préstamo pignorado. Pero para entender mejor esto, vamos a ver qué es un préstamo con garantía hipotecaria. Es un crédito en el cual el cliente ofrece como aval, un inmueble en propiedad.
Contratar un préstamo pignorado es mucho más barato que uno con garantía hipotecaria, dado que no hay que hacer frente a gastos de tasación y gestoría. Los gastos que conlleva un crédito pignorado son los del notario.
La diferencia entre un crédito pignorado y una hipoteca, es que al contratar la hipoteca el cliente puede hacer uso del inmueble mientras lo paga. En cambio, con un préstamo pignorado, el inmueble pasa a manos del banco o entidad financiera y el cliente no podrá hacer uso de él.
¿Y si dejo de pagar el crédito pignorado?
Como en cualquier tipo de financiación, antes de contratar un producto es importante estar seguro de que se va a poder pagar. Si dejas de pagar el crédito, el banco podrá quedarse con el inmueble o el activo financiero que hayas proporcionado como aval para sí poder saldar la deuda.
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Actualizado el día 10 julio, 2021 por Alfredo Barandiarán
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